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Resulta que el dios kubay cuando salía a pescar por las tardes en la orilla del rio, cerca de su casa, veía a dos muchachas muy lindas, hermosas, que caminaban hasta un árbol de ucuqui y cuando terminaban de comer se tiraban al rio y desaparecían. Kubay cuando se puso a vigilarlas a ver de dónde venían, hasta que descubrió que salían del rio. Como él era Dios y todo lo podía hacer, decidió atrapar a algunas de estas dos hermosas mujeres para convertirlas en su mujer. Entonces creo a la orilladel rio por donde ellas salían, la mata con las hojas que cortaban cuando unola toca. El dios espero, pero las dos mujeres se tiraron al agua sin ningún problema. Kubay, al fallar en su intento, decidio crear el bejuco que tiene muchas espinas; Al otro día espero impaciente a que llegaran las dos mujeres a comer ucuqui, pero tampoco las mujeres tuvieron problemas para lanzarse al rio.
Kubay, enojado crea un bejuco llamado el buco de uña. Las lindas mujeres llegaron, comieron las frutas y cuando ya se iban a ir, a una se le enredó el cabello en el bejuco y así Kubay se la llevo para su casa. Cuál sería el asunto de Dios al descubrir que ella era una mujer puño y no podía tener relaciones sexuales porque por dentro era llena de puños pequeñitos. Una tarde se fue a pescar con ella, y con toda la intención pesco un pez agujón que tiene la boca como una aguja y es uno de los pocos peces que es carnívoro. Ella al verlo abrió las piernas. El pez se le fue para adentro y se comió todos los puñitos que ella tenía. Ya ella limpia, Kubay pudo hacerla su mujer y pasaron los días y ellos eran felices. En vista de eso Kubay decidió visitar a su suegro, el puño, que andaba supremamente enojado por lo que el Dios había hecho con su hija.
La hija al fin convenció a su padre para que aceptara la invitación; ella le dijo que Kubay era un buen marido.
Llego el día de la visita y Kubay invito a muchos de sus amigos para que lo acompañaran: el yacaré, la danta y muchos más. Al estar en la casa del puño llego la noche, él les dijo donde dormir. Ellos miraban que en la maloca de al lado entraban unas mujeres muy hermosas.
El puño le dijo a Kubay que por ningún motivo fueran a ir a esa maloca, que estaba prohibido. Kubay les aviso a sus amigos, pero el yacaré no quiso hacer caso.
Cuando ya estaban todos estaban durmiendo él se fue para la maloca prohibida. Al querer acostarse con una de las hermosas mujeres, ella le come toda la barriga, pues ella era una mujer piraña. El yacaré, con todas las tripas hacia afuera, apenas lanzaba un débil gemido. El Kubay alcanzo a escucharlo y lo encontró casi muerto. Cogió rápidamente una de las hojas tejidas que cubrían la maloca y se la amarro en la barriga, lanzándolo al agua, para que el puño no se enterase. Fíjese y veras que el yacaré tiene la barriga así.
FUENTE: Vaupés Mitos y Realidad
La Mujer del dios Kubay.
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